El primer ministro de Australia pidió perdón el lunes a miles de niños británicos pobres que fueron enviados a ese país bajo la promesa de una vida mejor y que en cambio fueron sometidos ocasionalmente a abusos y abandono, pero rechazó compensarlos económicamente.
El gobierno británico calcula que unos 150.000 niños británicos podrían haber sido enviados al extranjero, la mayoría a partir de finales del siglo XIX. Después de 1920 muchos niños fueron enviados a Australia a través de programas gubernamentales, grupos religiosos y centros de beneficencia
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